lunes, 30 de mayo de 2011

El Florida

Habana, Manhattan, Florida... Recordando con Jesús “el del Florida” la hostelería salmantina del siglo pasado, van apareciendo nombres de ciudades americanas que evocan lugares exóticos o, más prosaicamente, el lugar donde emigraron los que, ya de vuelta a su país, invirtieron sus ahorros en la hostelería de Salamanca.

En 1958, casualmente hoy día 28 de mayo hace 53 años, don Eloy García cogió el traspaso a don José Manuel Conde, del bar Florida en el nº 2 de la plazuela de la Libertad, entonces llamada de Onésimo Redondo. Este bar que, tras la Guerra Civil, pasó a llevar este nombre, existía desde muchos años antes con el de Habana.

Eloy era ya por entonces un reputado barman cuya especialidad eran los cócteles. Su fama le venía de los diez años en que estuvo de encargado en el bar del Gran Hotel y los cinco en que fue copropietario del desaparecido bar Marfil (antes Manhattan), en la calle de Quintana *.

Hasta 1963 mantuvo la estructura y decoración que había tenido originalmente. En este año Eloy le encargó la reforma del local a don Luís Domínguez Chaves un hombre que ha dejado su huella en nuestra ciudad en varios aspectos y del que, en breve, espero hacer una reseña de su labor en Salamanca. Como muestra de su legado él fue quien dibujó en 1971 el alzado del plano de “Salamanca en 1858” que había realizado Coello. Creo no equivocarme si digo que es la imagen de la ciudad que más se ha difundido entre los salmantinos en los últimos 40 años.

El resultado de dicha reforma fue el cambio de la barra al lado contrario de donde estaba y una decoración toda en madera, realizada en los talleres de la carpintería “La Colectiva” bajo su dirección, al igual que todos los demás aspectos de la obra. A él se debe también la unión del nombre del bar a la península de La Florida, pues hasta entonces no hacía alusión a nada en concreto. Para ello viajó a Madrid, donde encontró dibujos y planos antiguos de aquella zona, los amplió y, con todo ello y algún dibujo de su propia mano, creó un ambiente de bar americano con una sutil evocación a la península caribeña .


Desde entonces y hasta hace un año esta decoración se mantuvo sin ningún cambio, aunque en 2008 el hijo de Eloy García, Jesús, lo había traspasado por jubilación, tras 28 años al frente del negocio. A él y a su amabilidad debo las dos fotografías y la mayoría de los datos que cuento.

Durante el año y medio en que mantuvo la decoración en madera pasó a llamarse “Liberty”, hasta que, curiosamente, hace poco menos de un año, un nieto de José Manuel Conde cogió el traspaso. De nuevo recuperó el nombre anterior, suprimió la madera y todos los motivos existentes y volvió a poner la barra a la derecha de la entrada, es decir, lo dejó prácticamente como su abuelo lo tuvo.

Hoy “el Florida” es otro bar, del ambiente que creó Luis Chaves no queda nada, en el recuerdo de los que allí acudían, sí.

* Poco tiempo después este local fue alquilado por el Banco Salamanca ,luego Castilla, después Popular, hasta que hace tres años lo ocupó la relojería Winzer de la que hablamos aquí