domingo, 16 de agosto de 2009

Las plazas de toros de Salamanca




Leo en la red que este fin de semana es, de todo el año, los dos días con más festejos taurinos en España. Y aprovechando que el Pisuerga sigue pasando por donde siempre, quiero recordar los emplazamientos de las plazas de toros de Salamanca desde la repoblación borgoñona hasta hoy.

Durante la Edad Media y hasta que se construyó la Plaza Mayor las corridas de toros se celebraban en la llamada Plaza de San Martín, que comprendía el espacio que hoy ocupan la Pl. Mayor, la del Corrillo, la del Poeta Iglesias, la del Peso, la del Angel y la del Mercado, además del solar del Gran Hotel y las calles Quintana y S. Juan de la Cruz. Se cuenta que en ella podían celebrarse, a la vez, Mercado,Toros y Juegos de Cañas sin molestarse los unos a los otros.

A partir de 1729 en que se construye la Plaza Mayor las corridas de toros se celebran en ella hasta 1840 en que se levantó una plaza en lo que hoy es el jardín de las Adoratrices. En 1860 fue derribada por el mal estado que presentaba.


En esta fotografía puede verse la huella del coso entre las ruinas de su derribo.


En Las Ferias de 1864 se abre al público la nueva plaza en lo que hoy es Plazuela de Gabriel y Galán. En la siguiente fotografía puede vérsela al fondo en perfecto estado y de tamaño considerable. No obstante, según nos cuenta D. Enrique de Sena en su libro “Vagando por una Salamanca en el recuerdo”, si bien, por fuera, era toda ella de piedra franca, el interior había sido construido casi todo en madera y con materiales pobres, lo que provocó que en 1890 fuese cerrada. Nos habla también D. Enrique de que toda aquella piedra franca, mucha de ella de buena sillería, fue comprada por D. Juan Casimiro Mirat para, con ella, construir, al lado mismo, los llamados popularmente Hotelitos de Mirat. Dos de los cuatro que levantó siguen allí, en la Avenida que actualmente también lleva su nombre. Sobre esos hotelitos hablamos aquí, cuando escribí sobre la huella urbana de D. Cecilio González Domingo.





Fue, precisamente, este arquitecto quien en 1892 llevó a cabo el proyecto de la nueva Plaza llamada “La Glorieta”, junto con el ingeniero Mariano Cardera.

Desde Las Ferias de 1893, en que fue inaugurada, han pasado 116 años y da la impresión de que, por fin, encontró su lugar.