domingo, 22 de noviembre de 2009

"Los Milagros y sus gentes"


En junio del próximo año hará 20 de estas dos fotografías. El Palacio de Congresos se estaba acabando de construir y la Vaguada de la Palma apenas había empezado.

Viendo la situación en la que se encontraba a finales del siglo pasado, recordé las noticias que de esta zona nos dejó D. José Juanes en su entrañable libro Los Milagros y sus gentes”. Nos habla en él, de su barrio en la primera mitad del siglo XX, y, sobre todo, de las calles la Empedrada y la Palma, que en las fotografías están unidas al haber sido derribada ya la hilera de casas que las separaba.

Todo era desolador en torno a la desvalida calle, y sobre todo la deficiente sanidad que causó muchos estragos en ella”. Antes de acabar el siglo “ ...España soportó el azote de la cólera que en Salamanca adquirió particular importancia por esa deficiencia sanitaria hasta el punto de que cada día morían entre veinte y veinticinco personas...en un censo de 18.000 habitantes.

Pasaron los años sin que se hiciera nada por remediar la situación, como no consideremos innovación sanitaria las realizadas por unos chatarreros que acudieron a los mercados con el último invento del confort: una bacinilla en forma de gran chistera invertida, con la que se suprimían los incómodos desahogos directos en la santa madre tierra,proporcionando comodidad al acto....La gente respondió al invento. Lo malo fue que, al final de cada transacción comercial, había que vaciar la mercancía, que iba a parar a la alberca de la calle Empedrada, estuviese donde estuviese el inventor”.

A principios del siglo XX “...se presentó la viruela en Salamanca... y en los siguientes días se intensificó grandemente la epidemia, sobre todo en el barrio. Lo mismo sucedió cuando la gripe del año 1919, de tan tenebroso recuerdo, que convirtió en sepulturas algunos paseos del camposanto.”

No puedo negar que la imagen que nos da es desoladora, pero no parece que exagere mucho si, 90 años después, la situación de esta zona era la que nos muestran las fotografías. Creo que el siglo XX, para el barrio de los Milagros, no fue otra cosa que una depauperación lenta y olvidada por el resto de la ciudad.

Sin embargo el libro de José Juanes dista mucho de una visión pesimista. Aun siendo su tema el barrio en el que se juntaban “la miseria y el pecado”, el trato humano que le dedica y el humor unido a la nostalgia de los años, lo convierten en una de las crónicas de la ciudad que mejor muestran un lugar y un momento olvidados de nuestra historia.