viernes, 26 de junio de 2009

La huella urbana de Cecilio González

Ayer dimos un paseo por Salamanca siguiendo la ruta marcada por los edificios que, entre finales del siglo XIX y principios del XX, construyó D. Cecilio González Domingo. A la mitad del paseo, justo cuando estábamos en la esquina noreste del Mercado de Abastos, la imagen que teníamos delante nos resultó llamativa: cinco de las seis construcciones que desde allí veíamos, pertenecían al arquitecto cuya obra íbamos siguiendo. El montaje fotográfico que pongo arriba, muestra cómo toda una acera de las más representativas de Salamanca, si exceptuamos la “parte vieja”, pertenece a la obra de un único autor. Además, entre los cinco inmuebles están representados los tipos de casas que solía construir.

A la izquierda, dos edificios contiguos en los que se muestra, por un lado, la utilización de los nuevos procesos productivos (como el ladrillo prensado industrial) y, por otro, su gusto por la “arquitectura del color” uniendo la piedra franca con el ladrillo, el hierro fundido y el enfoscado de color blanco.

En el centro, hallamos dos preciosas muestras de lo que se ha llamado “Casas Palacio”. Ambas están construidas con piedra franca y poseen muchos de los elementos definitorios de su estilo como miradores de hierro, ménsulas, frisos, cornisas y cresterías caladas.

Finalmente, a la derecha y en la otra acera, vemos un edificio de viviendas de cuatro plantas que destaca, sobre todo, por su sobriedad. Salvo los curvos miradores de hierro, no posee ningún otro elemento destacable, sin embargo, la utilización de piedra franca en la planta baja y la limpia distribución de los esbeltos balcones le dan al conjunto un aspecto armonioso y elegante.

El aspecto abombado del centro de la fotografía lo produce Photoshop al forzar la panorámica o yo, que no lo controlo.

domingo, 21 de junio de 2009

Cecilio González Domingo



Acabé el post anterior en plan dramático, con lo de “si al menos supieran lo que destruyen”... Para evitar que esto pase, lo mejor es dar a conocer un poco más a Cecilio González Domínguez y, sobre todo, la obra arquitectónica que dejó en Salamanca.

Las fotografías que muestro y que he tomado de aquí, no dejan lugar a dudas en cuanto a la labor constructora que desarrolló y que, según parece, entre “1895 y 1906 casi acaparó toda la actividad constructiva de la ciudad”. Llama la atención lo integrados que están en la ciudad los edificios que construyó, pues varios de ellos son los que marcan, estéticamente, la calle o plaza donde se hallan. Tal vez su eclecticismo arquitectónico, colabore a integrarse con facilidad en cualquiera de las muchas zonas de Salamanca en las que se encuentran.

Como puede leerse aquí, lo que le consagró fue la dirección de la obras de la plaza de Toros de Salamanca. Curiosamente, levantó la nueva Plaza y con la piedra de la Plaza antigua, recién derribada ( la que ocupaba lo que hoy es la Plazuela de Gabriel y Galán), construyó los llamados “Hotelitos de Mirat”. Dos de ellos, siguen en pie en la avenida del mismo nombre.

En lo que se refiere a otros aspectos de su biografía, desarrolló una intensa actividad política, fue cinco veces diputado provincial, llegando a ser presidente de la Diputación. En las elecciones de 1896 fue elegido Diputado en Cortes.

También fue editor del periódico el Fomento y colaborador de "El Porvenir", "El Federal Salmantino" y "Salamanca Satírica". Dirigió la Escuela Municipal de Artes y Oficios, fue presidente de la Cámara Agrícola y de la Electricista Salmantina del Círculo Mercantil. Participó económicamente en la fundación de la Caja de Ahorros de Salamanca en 1880, además de realizar el edificio en el que se ubicó.

Toda esta actividad llevó al Dr. Diez Elcuaz a decir que “Cecilio González Domingo fue la figura mas señera de la ciudad en esos años, hombre muy activo y polifacético, gozó de un gran prestigio en la Salamanca de fines del XIX y comienzos del XX”.

Tecleando su nombre en Google se ve que el Dr. Diez Elcuaz no exageraba nada.




Calle Toro, esquina Dean Polo Benito
Calle Quintana
Calle San Pablo, esquina Palominos


Salida del Puente Romano a Plaza de Poniente
Plaza del Mercado, esquina Obispo Jarrín
Plaza del Mercado, esquina Pozo Amarillo
Plaza del Mercado

viernes, 12 de junio de 2009

Las Casas de la Muralla III


  Pese a que algunos no les importe y sigan queriendo derribar “las Casas de la Muralla” a cualquier precio (muchos cientos de miles de € se llevan gastados en estos nueve años), quiero dejar constancia de que, igual que pasó con el Deposito de las Aguas, se va a demoler una muestra singular del urbanismo salmantino. Digo esto porque este grupo de viviendas no son una isla de casas, sino que están históricamente relacionadas con la “Casa Lis”. 

Ambas  ocupan casi toda la acera que une  la puerta de San Pablo con la Del Río desde que, en la última década del s. XIX y la primera del XX, se construyeran prácticamente a la vez. En apenas 200 metros encontramos dos muestras perfectas de la construcción que se realizaba en Salamanca hace ahora cien años. La arquitectura modernista salmantina, tanto señorial como popular, en un pequeño paseo con la catedral encima.


Nadie duda del interés arquitectónico e histórico de la “Casa Lis”,  aunque no hace muchos años su estado era mucho peor que el de las “Casas de la Muralla” a día de hoy. Pero si observamos éstas, vemos que están edificadas con un sentido de conjunto. Todas tienen en sus fachadas cenefas de azulejos de colores. Son de parecidos volúmenes y su aspecto gana en unidad al estar, casi en el medio, la casa de mejor calidad de materiales y en la que destacan un mirador de hierro y un pequeño frontis, que le dan cierta simetría y gracia al conjunto. Sobre esta casa, aquí se dice: Antes  que Joaquín de Vargas construyera la Casa Lis Cecilio González D. comenzó a proyectar edificios en los que buscaba los efectos del color obtenidos por el empleo de una variedad de materiales.

Destaca la racionalidad constructiva y original ornamental del ladrillo. Los efectos del color en la obra de Cecilio González D. es una característica de este autor y se encuentran distribuidos por toda la ciudad. Esta en relación con los cambios tecnológicos y procesos productivos del fines del XlX. Fue una arquitectura representativa del desarrollo económico y arquitectónico de la ciudad de Salamanca, aunque fuese en el edificio proyectado en la puerta de San Pablo en 1899 donde la combinación de ambos materiales lo hizo de forma diferente.”

  Para terminar diciendo:El ayuntamiento ha proyectado derribarlo, algunos profesores doctores en historia del arte consideran esta desaparición un expolio patrimonial.” .  Expolio, expolio... esto me suena.

No se entiende que, precisamente en una ciudad “histórica”, un edificio de cien años no sea considerado con otras miras mas que las de la “edificabilidad” producida por su derribo. 

   Si al menos supieran lo que destruyen...


viernes, 5 de junio de 2009

Las Casas de la Muralla y la habitabilidad





                    Hoy viernes, a las 10 de la mañana el Ayuntamiento ha devuelto las llaves de su casa a uno de los vecinos de las Casas de la Muralla, ya que la permuta antes pactada, no ha sido llevada a cabo. Al mismo tiempo, le ha comunicado a este vecino que dicha casa se encuentra en condiciones de habitabilidad (o era edificabilidad). En todo caso, no hay duda, no hay más que verlo.










Si no fuera por que se juega con personas, parecería una broma.





martes, 2 de junio de 2009

Las Casas de la Muralla I

     Nueve  años después de que las casas de la muralla fueran abandonadas a su suerte, éstas siguen allí en un lamentable y triste estado.

     Hoy día, es comúnmente aceptado que los monumentos aislados pierden mucho de su interés y que, por tanto, la conservación del caserío de los cascos antiguos, en ciudades como Salamanca, es tan importante como el cuidado de los edificios históricos. 

   Pocos metros más allá existe otro paño de muralla, éste sí de gran valor, que está tapado por otras casas (que, por suerte, no fueron derribadas)  llamadas “Casas de la Ribera”, que sin duda conforman una de las vistas más hermosas de la ciudad.

  Creo que cuando para llevar a cabo una idea “estético-urbanística” (ni buena ni mala, que eso el tiempo lo dirá) hay que llevarse por delante, no solo un  conjunto de casas, sino también un concepto de  la conservación y el desarrollo de los cascos antiguos , es que el respeto por la historia de la ciudad ha sucumbido ante intereses personales.  Los cascos antiguos deben seguir siendo vividos por su vecinos, pues lo contrario sería convertir la ciudad en puras postales. 


  He hecho este montaje fotográfico para recordar cuando este rincón de la ciudad tenía terrazas, tiendas, bares, talleres, toldos, jardines, letreros y, sobre todo, vida.