domingo, 4 de julio de 2010

La Puerta Falsa

Durante el desescombro del edificio perteneciente a la Universidad, situado en el paseo de S. Vicente haciendo esquina con la calle del Espejo, han aparecido unos sillares del tramo de la “Cerca Nueva” que discurría por esta zona. Estos restos de la muralla que empiezan a aparecer es lo único que se conserva (por ahora) del paño que iba desde la Puerta Falsa hasta el Portillo de San Bernardo.

La Puerta Falsa se encontraba en la parte alta de la calle del Espejo. Según nos dice Villar y Macías la muralla por este lado disponía de foso. Supongo, por tanto, que la puerta tendría puente levadizo.

Anteriormente fue conocida como Puerta de San Clemente por estar próxima la ermita de este nombre, que se hallaba extramuros de la ciudad (aproximadamente debió estar donde hoy día se encuentra la cafetería “el Danubio Azul”).

A partir de 1320 en que, intramuros a su izquierda, se construyó la ermita de San Hilario, pasó a llamarse Puerta de San Hilario. Esta ermita sería derribada para formar parte del solar sobre el que se construyó el Colegio Mayor del Arzobispo Fonseca.

El nombre de Puerta Falsa lo llevó desde que en 1469, el conde de Alba, don García Álvarez de Toledo, quiso tomar la ciudad penetrando por ella a traición. Cuenta Villar y Macías, citando a Mosén Diego de Varela, cómo los salmantinos se opusieron, produciéndose allí mismo una cruenta batalla en la que murieron muchos caballeros de ambos bandos, antes de ser rechazado el conde.

Desde entonces y durante casi cuatro siglos la calle en la que se dio la batalla pasó a llamarse de los Mártires por lo muchos que allí hubo. También se cerró la Puerta y así permaneció más de cien años.

Dice Villar y Macías que “sin saberse por qué le han dado el nombre del Espejo, como hubieran podido darle otro cualquiera que nada recordase y contribuyese a oscurecer un notable suceso de la historia patria”.

Parece que en todas las épocas el callejero mantiene un curioso “baile”.